sábado, 3 de septiembre de 2016

Agenda de teléfonos casera

Hace unos cuantos años me regalaron la típica agenda con su pareja a juego en versión mini agenda de teléfonos. Y al cabo de un par de años esta última se quedó obsoleta, pero me daba pena tirarla así que la guardé hasta que se me ocurrió esta idea. 
(Si lo hacéis os aconsejo fotografiar cada paso para tener referencias visuales a la hora de montar el trabajo final). 
¡Bien! Para empezar despegué con cuidado el papel que embellecía la cubierta, e hice una plantilla a escala natural con ayuda de un lápiz y una regla. La escaneé y con ayuda de Photoshop  coloqué una imagen para la nueva cubierta y la imprimí, (también tenéis la opción de calcar o dibujar algo en el papel a mano alzada). Para darle más resistencia plastifiqué el papel con forro adhesivo para libros y posteriormente recorté la silueta e hice sus correspondientes cortes en las lengüetas. 
El segundo paso fue tomar medidas de las cartulinas que aportaban rigidez a la cubierta por dentro, para hacer unas piezas iguales sobre un cartón de rigidez similar que tenía por casa. Recorté las piezas y cuando estuvo preparado el papel que adornaría la agenda pegué los cartones con cola líquida para papel (aplicar una capa fina y con cuidado) en sus correspondientes espacios, y a continuación pegué también las solapas. Para que el acabado fuese más “fino” puse unos libros encima para asegurarme de que se pegaba todo bien. 
El tercer paso consistió en desmontar el librillo (las páginas) de la agenda original sin romper las hojas para calcarlas también a escala natural y preparar su correspondiente juego de plantillas. Yo en este caso hice las hojas a mano, pero podéis escanear las plantillas y editarlas en el ordenador. Las recorté con cuidado, las coloqué y cosí en despunte por ambas direcciones (primero hacia arriba y después hacia abajo). 
El cuarto pasó es mucho más sencillo, puesto que sólo hay que recortar una hoja un poco menor al tamaño del interior de la cubierta para embellecerlo, y luego dos hojas más del mismo tamaño pero dobladas por la mitad verticalmente y pegando sólo unos de los lados (el que corresponda a su lado de la cubierta). La parte de estos papeles “extras” que dan al interior se deja sin pegar  ya que se adherirán solo por las esquinas al librillo de la agenda. Pegando también la parte del lomo del librillo de la agenda con la parte interior del lomo de la cubierta, (aseguraros de saber cómo tenéis que colocar las piezas antes de pegarlas). 
Y por último tan solo recorté con unas tijeras los bordes del librillo que sobresalían para que quedasen igualados una vez seco el pegamento.



domingo, 31 de enero de 2016

Reparando pendientes

A quien no le ha pasado lo típico de perder alguna piedra de un colgante, anillo o pendiente como es el caso. Yo al final busqué en tiendas de artesanía y manualidades para adquirirlas en pocas cantidades, porque por Internet me vendían más variedad de colores pero en cantidades excesivas (50 unidades y cosas así O.O). Me llevó tiempo y cuidado retirar los restos de pegamento de la piedra anterior, pero con ayuda de una cola de ratón redonda, al final lo conseguí. Luego abrí ligeramente las pestañas del borde del capuchón de plata del pendiente. Añadí una gotita de Super Glue-3, la piedra nueva en su correcta posición, y tras comprobar que el pegamento no tapaba la piedra, ajusté el capuchón de plata por completo. El único inconveniente es que los bordes de este quedaron más lisos y que se torció un poco la varilla del pendiente (de ahí que sea necesario sujetar el pendiente con firmeza y cuidado). La verdad es que no fue algo especialmente complicado, y no me apetecía tener que tirar el pendiente y dejar el otro huérfano solo por perder la piedra.